Él cree qe ella está muerta. Muerta para él.
Cree qe ya la olvidó y qe ya nunca volverá a ocupar su lugar.
Y al mismo tiempo, la siente cerca y esta noche, fuí yo.
Entre nuestras charlas y caricias. Me contó como era ella.
Me lo contó con la mirada perdida, hablandole al vacío,
a un rastro ausente, sin levantar la vista, sin mirarme siqiera.
Me contó qe la veía en todas partes, qe la vé en todos lados,
en todas las cosas y en todas las personas, en todos los sitios y
cada noche antes de dormir y cada día al despertar.
Lo dice, nomás, y es verdad, es algo qe está ahí. Algo qe él siente.
Cuando se movió de la silla, yo tuve miedo.
Me empezó a mirar y era a la otra a quien miraba.
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