viernes, 10 de julio de 2009

Se acostumbró a su mundo,
se separó del sol.
Se despidió del tiempo,
para dormir mejor.
La reina de la noche fue la potenciación,
y el frío del invierno nunca la perdonó.
Se despertó llorando,
se desilusionó.
Buscando los motivos,
de su desolación.
La consecuencia grave, la desesperación.
Y el enfermizo juego, de la transformación.
Ella no entiende porqué, desembocó en un infierno
Su veranito de San Juan
Te veo un poco triste, mi amor
No llores esta mañana
La depresión asesina, te vino a visitar.
Se borra su sonrisa y me pregunta por
Va a continuar actuando, se muere de dolor.
La habitación de golpe, se vuelve una prisión.
Apaga los incendios, con la resignación.
Ella no entiende porqué desembocó en un infierno,
su veranito de San Juan.
Milagros invisibles.
Y entiendo que,
mis nochecitas salvajes,
te arrebató la alegría.
Se borra su sonrisa, y me pregunta por
Es el invierno nena, llegó la depresión.
Que cosa más idiota, nuestra conversación.
Que cosa más horrible, que nuestra habitación.
Se borra su sonrisa y me pregunta por
Yo tengo una excusita, para vivir mejor.
Un canapé de sueños, una desolación.
Y un aparato enfermo, se llama corazón.
Se borra su sonrisa y me pregunta por
es el invierno nena, llegó la depresión.
Que cosa más idiota, nuestra conversación.
Que cosa más horrible, que nuestra habitación.


















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